La Catedral.
En un principio fue denominada Santa Iglesia Catedral de Virgen María de la Inmaculada Concepción. Sin embargo, hoy día es conocida como la Catedral de San Cristóbal de la Habana. En tiempos pasados había sido el centro del gobierno eclesiástico en la parte occidental de la Isla.
A principios del siglo XVIII bajo el obispado de Don Diego Evelino de Compostela, los jesuitas fundaron la escuela de las misiones de la Habana. Después de su muerte fue ampliada construyéndose una iglesia y un monasterio. La primera piedra para la Casa de Oraciones de la Orden fue colocada en la Plaza de la Ciénaga en 1748, terminándose el colegio en 1767. Las disputas sobre las limitaciones del poder y la influencia en la orden en España fueron motivo de expulsión de los jesuitas de Cuba por orden del rey español Carlos III. En virtud de ello se interrumpieron los trabajos de construcción de la Iglesia la que se terminó en 1777.
En 1789 el Oratorio de San Ignacio es elevado al rango de sede obispal. El día 24 de noviembre de 1789, el primer obispo Don Felipe de Tres Palacios y Verdeja consagra la iglesia como Catedral de la Virgen María de la Inmaculada Concepción.
La iglesia forma un rectángulo de 34 x 35 mts. Sus hornacinas enmarcadas por columnas y su fachada muestran influencia del alto barroco italiano. Los rigores del clima han dejado sus huellas en la piedra caliza. Ricos elementos decorativos del pasado se han vuelto borrosos o desaparecido. Las hornacinas o nichos que en tiempos pasados albergaban estatuas de santos se encuentran actualmente vacíos. Su fachada es una de las más lujosas de las iglesias de Cuba. Según la opinión del historiador cubano Weiss no existe ningún indicio de los artistas que participaron en la construcción.
El campanario situado a la derecha del portón principal porta el juego de campanas de la Catedral. La campana mayor con el nombre de San Pedro, pesa 7 toneladas, fue fundida en España e instalada en 1762, la campanilla con el nombre de San Miguel pesa 2 toneladas y fue fundida en Matanzas en 1838.
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Address : |
Zulueta y Colón |
Zona : |
Habana (Habana Vieja) |
El visitante de hoy día encuentra en su interior una sobria arquitectura neoclásica, resultado de numerosas restauraciones en las décadas pasadas (la ultima se efectuó de 1946 a 1949), alli encontrará dos hileras de columnas gigantescas que separan la nave principal de las dos naves laterales. En los muros de cada una de las naves laterales se encuentran cuatro capillas; la de Nuestra Señora de Loreto (a la izquierda del altar papal), reviste gran importancia desde el punto de vista de la historia del arte.
Ya en 1755, la Capilla fue consagrada por el obispo Morell de Santa Cruz; o sea, transformada en Catedral. Numerosos obispos de la diócesis fueron sepultados en ella. Los trabajos de escultura y orfebrería del altar principal y su tabernáculo son obras del artista italiano Bianchini (Roma, alrededor de 1820). La pared detrás del altar principal esta adornada con tres frescos del pintor italiano Giusseppe Perovani, obras tempranas que se ubican en el periodo inicial de la pintura cubana.
Las cenizas de Cristóbal Colón, se encontraba en la nave principal hasta que los españoles se retiraron en 1899 . En la actualidad solamente una lapida de la pared de la izquierda del púlpito recuerda el antiguo lugar donde descansaban los restos del Gran Almirante. Aun después de su muerte no encontró un sepulcro eterno. Desde Valladolid donde había muerto Colón el 20 de mayo de 1506, se trasladaron sus cenizas primero a Sevilla y luego a Santo Domingo. La amenaza de poder La Española, fue motivo para que España trasladara los restos del exitoso descubridor, el día 15 de enero de 1796 con el barco San Lorenzo de Santo Domingo a La Habana donde fueron exhumados solemnemente en la Catedral. En diciembre de 1898, poco antes de que los españoles tuvieran que retirarse forzosamente de la Habana, los llevaron nuevamente a Sevilla, su último lugar de descanso lo tuvo en dos sitios: una parte de sus cenizas fueron llevadas a su ciudad natal de Génova, y la otra parte a la Biblioteca Universitaria de Pavía.
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