YO AMO EL SON

Adalberto Alvarez "El heredero del son"


Adalberto Cecilio Álvarez Zayas, nacido en La Habana, el 22 de noviembre de 1948, se siente un fiel camagüeyano, pues fue en esa ciudad donde sintió por primera vez la vocación musical. Sus atributos como renovador de un género musical con tanta tradición en Cuba, le valieron el apelativo de "Caballero del Son".

Siempre mostró su preferencia por las agrupaciones y así lo manifestó desde su ingreso en la Escuela Nacional de Arte en 1966, donde formó una joven orquesta charanga. "Avance Juvenil", la que dirigía su padre Enrique Álvarez, y la cual dirigió él desde 1974 hasta 1977, también dio curso a su orientación musical; así, hasta que en 1978 funda "Son 14", agrupación que robó el espacio sonero del mercado nacional e internacional.

"Con un besito mi amor" fue su primera obra grabada en Disco; mientras que "A Bayamo en coche" marcó pauta memorable en la historia de la agrupación.

El "caballero del son", apelativo dado por la prensa venezolana en reconocimiento a sus atributos como renovador del género, decidió viajar a La Habana y formar una nueva orquesta, de modo que en 1984 se inicia Adalberto Álvarez y su Son, que fue perfeccionándose paulatinamente y ampliando su repertorio hasta obtener en el verano del año 2000 un rotundo triunfo con el Son del Caballero .
Adalberto Álvarez, un soñador, un amante de la familia, un paradigma de la música para las nuevas generaciones, ha heredado el son de Félix Chapotín. Según afirma: El son de Chapotín era un son macho, fuerte y yo aprendí a hacerlo así, oyendo a esos grandes. Su música se expandió por un pueblo de bailadores que llegó a calificarlo en una época como "el rey del son".
Compositor, arreglista y director, no sólo sus composiciones se concretan en un estudio; también en grandes espectáculos donde da muestras de su variedad temática. Con el tiempo, su sorprendente y vital maestría se ha hecho evidente. Por otra parte, el encuentro con sus raíces ha sido siempre la más importante meta. Los jóvenes músicos que integran la agrupación se dejan llevar por un único son y a su ritmo se convierten en estrellas de los instrumentos.