Por su extensión territorial, La pro-vincia de Sancti Spíritus ocupa el séptimo lugar entre las provincias cubanas. Situada en la región central del país, limita al norte con el Océano Atlántico, al sur con el Mar Caribe, al este con Ciego de Avila y hacia el oeste con las provincias de Villa Clara y Cienfuegos.
La provincia tiene algo más de 230 Km. de costas, de los cuales aproximadamente 66 corresponden a la costa norte y 171 a la costa sur. Su relieve es variado, con regiones montañosas y llanas.
Sus principales ciudades están rodeadas por zonas de topografía elevada, mientras al suroeste existen áreas cenagosas propicias para el cultivo del arroz.
Por sus bellezas naturales, la arquitectura de sus principales ciudades y la enorme riqueza patrimonial que conservan todos sus localidades, quien la visita queda cautivado para siempre.
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Son ocho las municipalidades asentadas en el territorio:
Municipios |
Superficie (Km2) |
Población (1998) |
Hab./Km2 |
Yaguajay |
1032.3 |
61135 |
59.2 |
Jatibonico |
765.2 |
42606 |
55.7 |
Taguasco |
517.7 |
36776 |
71.0 |
Cabaiguán |
596.9 |
67199 |
112.6 |
Fomento |
478.0 |
36303 |
75.9 |
Trinidad |
1155.4 |
71776 |
62.1 |
Sancti Spíritus |
1151.5 |
125485 |
108.9 |
La Sierpe |
1034.9 |
17496 |
16.9 |
El Patrimonio cultural espirituano
Esta provincia reúne en su demarcación territorial a dos de las primeras villas fundadas por el colonizador Diego Velázquez en el siglo XVII: "La Villa de la Santísima Trinidad" (hoy en día Trinidad) y "La Villa del Espíritu Santo" (hoy en día Sancti Spíritus).
Emporio de leyenda y tradiciones, estas dos ciudades atesoran un rico arsenal de centros históricos, construcciones, sitios, objetos y manifestaciones artísticas que han pasado a formar parte del patrimonio cultural cubano.
«El patrimonio cultural es el conjunto de exponentes naturales o producto de la actividad humana que nos documenta sobre la cultura material, espiritual, científica, histórica y artística de épocas distintas que nos precedieron y del presente; y que, por su condición ejemplar y representativa del desarrollo de la cultura, todos estamos en la obligación de conservar y mostrar a la actual y futura generación.»
Puede clasificarse atendiendo a dos grandes grupos: bienes muebles e inmuebles. Como su nombre lo indica, el patrimonio cultural mueble puede trasladarse de un lugar a otro e incluye objetos y obras, que por su significado histórico, artístico o científico, se protegen y conservan.
Pueden citarse como ejemplos, aquellos que por su importancia identifiquen etapas o personalidades de nuestra historia en todos los campos de la actividad humana o creaciones relevantes en la esfera de la cultura artística.
En nuestros museos se aprecian objetos históricos como la montura que perteneció al Mayor General Serafín Sánchez Valdivia; arqueológicos (utensilios del arte aborigen cubano); pinturas como la colección debida a la paleta del espirituano Oscar Fernández Morera; motivos decorativos como los singulares medios puntos trinitarios; mobiliario presente en admirables ejemplos coloniales facturados con maderas nativas, y platería tallada por artesanos oriundos del país. En el Museo Provincial, se hallarán azulejos del ceramista Aguado y en el Museo de Arte Colonial, colecciones de muebles, cristalería y porcelanas
El patrimonio cultural inmueble designa construcciones arquitectónicas, lugares o centros arqueológicos naturales e históricos que poseen carácter de perennidad en determinados lugares al no poder trasladarse.
Los centros históricos están dentro de esta categoría y son los conjuntos formados por construcciones o espacios con particularidades geográficas, que les confieren unidad tipológica y social.
Los cascos coloniales de las ciudades de Trinidad y Sancti Spíritus son sus dos centros históricos urbanos.
Las construcciones, obras creadas por el hombre desde la prehistoria hasta la época actual, encierran una gran importancia como testimonio del acontecer humano.
Las construcciones pueden ser de índole civil como la torre Manaca Iznaga y el puente sobre el río Yayabo, único de su tipo en la isla, con su inocencia de paso medieval sostenido por cinco arcos abovedados, el cual constituye el símbolo de la ciudad; o conmemorativo como el obelisco erigido en el lugar donde cayera en combate Serafín Sánchez, en el Paso de Las Damas; o doméstico como los palacios Iznaga y Cantero, asientos de dos museos trinitarios o religiosos como la Parroquial Mayor una de las más siginificativas obras del siglo XVIII cubano, testimonia la antigüedad de la villa (recibida por Real Orden el título de ciudad en 1867).y el Convento de San Francisco, en las ciudades de Sancti Spíritus y Trinidad, respectivamente.
Los sitios constituyen áreas donde se desarrolla un hecho significativo de carácter histórico, científico, etnográfico o legendario, o donde los elementos naturales o arquitectónicos conforman una apariencia singular digna de conservarse y protegerse.
Pueden ser de tipo arqueológico como las cuevas de la región que guardan murales pictográficos; natural como los Hornos de Cal y las hileras de 160 palmas en Cabaiguán; urbano como la Plaza Colonial de Trinidad; e histórico como la loma de Punta Judas, en Yaguajay.
Por último, las manifestaciones artísticas también forman parte del patrimonio, es el caso de las tonadas espirituanas y las canciones de Teofilito y Companioni, para citar ejemplos. Cuna de trovadores. Las tonadas espirituanas hablan del espíritu musical tradicional, y estas podrán ser apreciadas en la Casa de la Música y la Casa de la Trova.
Mediante el estudio del patrimonio cultural se conocen diversas etapas de la historia, cómo vivían, y pensaban quienes intervinieron en el desarrollo de la sociedad; además se profundiza en hallazgos arqueológicos, hechos históricos o científicos ocurridos en el país, y se aprecia de forma efectiva el desarrollo artístico de nuestro pueblo.
Podemos pues asegurar que todas las obras consideradas acervo cultural de la nación constituyen fuentes valiosas de conocimientos y son expresión elocuente del devenir humano, por lo que resulta de gran importancia conocerlas de cerca y poder apreciar sus características.
La Villa del "Espíritu Santo" (hoy Ciudad de Sancti Spiritus) se precia de ser cuna de trovadores y una de las urbes cubanas donde más puede disfrutarse de la naturaleza, pues a pesar de estar ubicada en el centro de la Isla, cuenta con la cercanía de el río Zaza, el segundo en extensión de Cuba, de importantes zonas tabacaleras, de regiones montañosas, del macizo montañoso de Guamuhaya y del Pico San Juan, la mayor elevación central del país.
A los alrededores del río Yayabo está diseminada la vieja ciudad y pueden disfrutarse de bellas mansiones coloniales, entre ellas la apacible Quinta de Santa Elena. De paso por sus calles, el visitante sentirá un aire de placidez, que se respira también en museos y plazas.
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